IDEA PASADA, IDEA PRESENTE, ACCIÓN DE FUTURO

Todo parte de una idea, buena o mala, pero una idea. Y es que hasta que no se materializa nada define aquella idea como buena o mala. Son los prejuicios, miedos o vivencias, propias o ajenas, las que tiñen aquella desnuda idea.

¡Qué mayores nos creemos el día que aprendemos a vestirnos siendo pequeños, y que pequeños no vemos incapaces de vestir nuestras ideas una vez somos mayores!

Una idea, pues, no es idea hasta que no cobra vida. Y la vida la da el movimiento, el cual depende de nosotros.

Coachner un día fue una idea, una vaga y difuminada, sin soporte ni horizonte visible. Pero por primera vez, y no como otras tantas, recibió una palmada en el trasero y comenzó a llorar.

Dos socios con el coaching en mente como un servicio que ofrecer a la gente para ayudarla a mejorar en su vida familiar, laboral y personal. De una cena surgió un proyecto ilusionante capaz de llegar a muchos más hogares y personas de las que entonces imaginábamos. Se empezó entonces a proyectar el futuro de Coachner.

Proyectar como juego de palabras entre su carácter temporal futuro y su base rigurosa y profesionalizada. Un proyecto que necesitaba del propio coaching que pretendíamos ofrecer, pues muchas son las barreras iniciales a superar. La pura realidad nos golpeaba en el nombre de la inexperiencia, el miedo nos agitaba, el volumen de trabajo era abrumador y la falta de recursos exasperante. La bombilla podía apagarse en cualquier momento pero cuando tú mismo te cierras las puertas es cuando realmente estás perdido. Una primera lección de coaching aplicada como emprendedores hacía resurgir la ilusión de allá donde la hubiéramos abandonado, y a través de ella, del esfuerzo y del trabajo bien hecho empezaban a dejar huella nuestros primeros pasos.

Ilusión y hacer las cosas bien, esos fueron nuestros dos primeros conceptos a aplicar en lo que se convirtió en un proceso de coaching constante para emprendedores. 

Y nuestra última arma, para casos de emergencia, consistía en romper la ventana al muy largo plazo. A menudo, imaginarnos con el coaching asentado, consolidado, ampliando horizontes, incorporando nuevas metas, llegando a lo más alto... dibujaba en nosotros una sonrisa que no se desdibujaba hasta que no acabábamos el trabajo asignado. Resultaba al final que nuestras mejores armas dormían en nuestro interior.

Había nacido, había llorado y ahora ya, al fin, la habíamos vestido: La idea de Coachner era una realidad.

¿Quién somos? ¿Qué es Coachner? La respuesta la hallarás tú mismo, nosotros tan solo te guiamos porque es muy sencillo, recuerda:

 Coaching es Coachner.

Redactor - Roger Llorens